VIOLENCIA CONTRA LA MUJER NUESTROS HIJOS






 En esta historia, quiero contaros la experiencia vivida en primera persona de una adolescente de 17 años, que sufrió violencia machista por parte de su padre. Es una de tantas hijas que padecieron por culpa de su progenitor, algo que a ellas no les tocaba vivir…



El principio, como en todo en esta vida, es bonito y lleno de color, hasta que un día se apagan las luces y quedas sumida en la mas absoluta oscuridad. Eso fue lo que a mi me sucedió.


De pequeña, mi padre era para mi, el mejor, el hombre de mi vida, cuando caía siempre estaba ahí para recogerme, atento, cariñoso y sus hijas eran lo primero, o sea, un PADRAZO. Confiaba en él más que en mí misma. Fui la niña mas feliz del mundo, pero como he dicho al principio, todo lo bonito se acaba.


Conforme fui creciendo, el cambió, ya no era ese padre MARAVILLOSO.

Recuerdo que, al principio, veía a mis padres discutir por cosas importantes, de los que salía siempre perdiendo mi MADRE. Conforme pasaba el tiempo, esas discusiones iban a más, pero ya el motivo podía ser cualquier cosa. “la comida está mala”, “porque está este vaso aquí”...


Comencé a tener ataques de IRA, transformandome en otra persona. Era tal la impotencia de no poder hacer nada, que explotaba. Por las noches no podía dormir, las discusiones y peleas eran continuas, saliendo, por supuesto, mi MADRE  siempre perdiendo. Era un acoso constante hacia ella, hasta que llegó el día que me harte y salí en defensa de mi MADRE.

¡Ya no aguantaba más!... A el le daba igual, así que me convertí en su MAYOR DEFENSORA, devolviéndole a él, todos sus ataques. “DEJALA EN PAZ”.


Entonces, se fue dando cuenta que yo siempre estaba ahí como la FIEL ESCUDERA DE MI GRAN SEÑORA, así que cambió la táctica, ya no solo atacaba a mi madre, sino que comencé a recibir ataques yo también.


El primer ataque me pilló con la guardia baja, ya que no lo esperaba, aunque tengo lagunas, solo tenía 12 años. 


Habíamos discutido y como se le podía llevar la contraria, comenzó a enfurecerse, gritando, pegando puñetazos a las puertas, insultándome… “estas loca”... “eres gorda”...

Empecé a defenderme, dirigiendole mil improperias.

Para hacerme callar, me agarró del pecho, dándome un empujón, cayendo en el sofá, sujetándome con fuerza de forma que no pudiera moverme y con esa cara, que aun recuerdo de psicópata, me decía "cállate loca”... Intenté quitármelo de encima, no lo conseguí, era más fuerte que yo. 

Lloraba y le gritaba que se quitara de encima y entonces reacciono, dejandome alli tirada en el sillón, encaminandose el al cuarto de baño para darse una ducha. No podía parar de llorar, cogí el teléfono y llamé a mi MADRE que estaba fuera, suplicándole que volviera a casa, porque a mi padre se le había ido la cabeza.


No tardó en llegar, dirigiéndose donde se encontraba él, exigiendo le dijera que había sucedido allí. El muy sosegado contestó que no había pasado nada, que yo había perdido la cabeza y que todo era un invento mío. Por supuesto mi MADRE jamás lo creyó sus antecedentes lo delataban.


A raíz de aquellos acontecimientos, comenzó una serie de peleas diarias que no tenían fin. Tuve que defender a mi MADRE y hermanas en infinidad de ocasiones, no podía callar…


Entonces llegó el día que se descontrolo todo. Esa noche, jueves, el llegaba del gimnasio, mi MADRE y yo estábamos viendo una película, de la que quedaba poco para que finalizara, el se encaminó hacia la cocina para hacerse la cena, una vez la tuvo preparada, se dirigió a nosotras, exigiéndonos que quitáramos la película, que el se tenia que sentar a cenar y le tocaba la tele. Yo le respondí que esperara unos minutos que ya estaba finalizando, seguía insistiendo una y otra vez, con un acoso constante, nosotras lo ignorábamos, cuando de repente, coge unas tijeras de podar, sale a la calle, encaminándose al tejado donde estaba la antena de la TV y corta el cable, vuelve y dirigiéndose a nosotras dice “ si yo no puedo ver la televisión vosotras tampoco”. En ese instante se desató el caos. Discutimos, el daba puñetazos por toda la casa, gritos, amenazas, intentó darme un bofetón, pero no pudo, volaban sillones, platos rotos,... y con voz en grito nos decía “locas”...” voy a llamar a la policía”. Teníamos la culpa de todo. Así transcurrieron varias horas y siempre intimidándonos.


No recuerdo como acabo, supongo que mi MADRE se interpuso entre los dos, calmándome… Como siempre, cuando se calmaba actuaba como si no hubiera ocurrido nada.


En aquellos años, tuve intentos de quitarme la vida, pues no podía aguantar aquella situación, pero me frenaba el hacerlo, el hecho de que no podía dejar sola a mi MADRE.


Llegó el día ¡POR FIN! de que todo aquello se acabara, mis padres se separaron y conseguimos mudarnos, solas, mi madre y mi hermana pequeña, a un hogar mejor y tranquilo. Ya cada uno iba por su camino, llegando la PAZ y TRANQUILIDAD, hasta el día de hoy.


De vez en cuando lo veo y alguna pelea tenemos, aunque siempre se quedan ahí, ya que yo vuelvo a mi hogar con mi MADRE.


En ocasiones, me vienen recuerdos de aquellos malos momentos y se me ponen los pelos de punta.


Mi padre ya hace tiempo que dejó de ser mi protector y la persona que me apoyaba en todo, se ha convertido, para mí, en un pensamiento muy triste, dejándome muchas heridas, traumas e inseguridades que a día de hoy, estoy intentando sanar y todo esto me ha hecho aprender que de cada caída renace un vuelo, que somos más fuertes de lo que nos pensamos y que cuando nos sentimos flojos, es porque nos agarramos al miedo. Así que menos MIEDO Y MAS VALENTIA, QUE DE TODO SE SALE.








VALIENTE














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Comentarios

  1. Dios mío una luchadora muy grande, no cambies ,sigue así , lucha cada día, no estás sola 😘😘

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