VIOLENCIA HACIA LA MUJER HISTORIAS DE NUESTROS HIJOS
JENNIE
Muchos piensan que los niños que viven el maltrato de sus padres hacia sus madres, por ser pequeños, no tienen consecuencias y es todo lo contrario. En la adolescencia, es cuando salen todos esos recuerdos incomprensibles, que te marcan para toda la vida.
Quiero contar mi historia, tengo catorce años y siempre he visto a mi padre maltratar a mi madre.
Con tan solo tres años, mi hermano dos, recuerdo un dia, estar jugando, cuando oí fuertes ruidos que venían de la cocina, me acerque muy sigilosamente, para ver qué era lo que ocurría, entonces, empecé a escuchar como mi padre insultaba a mi madre, ¡eres una puta!..., ¡fracasada!... y a la vez la golpeaba. Asustada, cogí a mi hermano y volví sobre mis pasos hacia la sala donde proveniamos anteriormente, esperando que todo acabara y volviera la PAZ.
Mientras he sido pequeña, todas estas actuaciones, eran continuas en casa, teniendo que vivir con ellas diariamente y sintiéndome mal conmigo, por no poder hacer nada para que no sucedieran y , a la vez, sirviendo para darme cuenta, realmente, como es mi padre.
Cuando me vienen los recuerdos, no entiendo como un padre puede decir y provocar, todas esas malas situaciones y consentir que sus hijos las sufran, haciéndoles sentir mal.
Me viene a la cabeza otra de las historias, que no puedo olvidar. Fue un sábado por la tarde, vino a recogernos, encaminandonos a visitar a mis abuelos paternos. A mitad de camino, paró el coche, se bajó y se dirigió a comprar algo en una tienda, dejándonos solos en el coche y con el freno de mano sin echar, cuando… comenzamos a sentir que lentamente se movía, avanzando por la calle con nosotros dentro. Sentimos un miedo aterrador, pensábamos que íbamos a morir chocados contra un muro. Mi padre salió de la tienda y corrió hacia el coche para pararlo. En ese momento, lo que sentí, es que no le importabamos, percibí que nos había abandonado en el coche.
Estos y más recuerdos, son los que hacen que mi vida no avance. Jamás puedes pensar que tu padre, tu protector, te haga tanto daño y no te deje sentir, la seguridad que te corresponde.
Mi madre, sin embargo, es una persona FUERTE y logró salir de esa situación. Yo, en cambio, soy muy sensible y poniéndome en su lugar, no lo hubiera conseguido. Ella me hizo entender todo lo que pasaba y cómo salir adelante, enseñándome y guiándome, con mucho amor, el camino correcto hacia la salida de tanto DOLOR.
Él llegó amenazarla, diciéndole que le iba a quitar lo que más quería, que éramos nosotros, sus hijos. Recuerdo que lo gritaba a los cuatro vientos, en la puerta del colegio, el día de mi cumpleaños, avergonzándome delante de todas mis amigas, me hizo sentir muy mal, fue para mi, el peor dia de mi vida.
A raíz de todo aquello, me hundí en un hoyo profundo, del que no podía salir y me tuvieron que llevar a psicólogos, para que me ayudaran a superar a mi padre y poder enfrentarme a él.
Y llegó el día que pude mirarle a la cara y decirle todo lo que a mi parecer tenía que haberle dicho hacía tiempo y que por miedo a su reacción, no lo dije. Ya no podía más, estaba al límite de cansancio y por ello actúe. No me arrepiento de haber dado el paso, porque logré tener más fuerza para seguir adelante.
Yo pensaba que mi padre reaccionaría y se volvería mejor persona, pero no fue así, se volvió en contra mía. Comenzó a atacarme como hacía con mi madre, insultándome y haciéndome sentir inferior, incluso, de mi propio hermano.
Ahora, en la distancia de los años, me he dado cuenta, que este tipo de padre, MALTRATADOR, no cambia nunca. Que por mucho que te esfuerces en transformar la situación o hacerle entender, son tan ególatras, que no escuchan a nadie, solo su razón es la correcta y el resto del mundo está equivocado. No tienen solución, lo único que puedes hacer es alejarte de ellos, para que el dolor vaya desapareciendo y tú misma vayas sanando, acompañada de seres que te aportan POSITIVIDAD Y FELICIDAD.
NO ESTAS SOLA
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